Jordi Serra
Hay una necesidad humana de pretender controlar la vida, conocer el pasado, interpretar el presente y predecir el futuro, aquellos que no son expertos en la materia pueden pasar por un sentimiento de frustración pues aunque podamos anunciar algunas características, no es posible adivinar todo aquello que sucederá, solo hay que ver películas futuristas de la década de los ochenta donde mostraban un 2010 totalmente diferente a lo que vivimos.
Es difícil pensar que hace un siglo necesitábamos acudir a un concierto para poder escuchar nuestra música favorita y ahora fácilmente podemos encender un ipod y elegir qué quiero escuchar; de esa manera funciona el siglo XXI.
Las nuevas generaciones están preocupadas por el futuro, porque no sabemos que nos trae y porque no sabemos si llegue. Habrá que mirar hacia el pasado para entender el futuro y vivir el presente a lo grande.
Tomado en cuenta que la prospectiva se basa en escenarios deseados y escenarios posibles se entiende que podemos hacer planeaciones para el futuro preguntándonos hacia dónde queremos dirigirla sin embargo habría que tomar en cuenta también a la sociedad pues va dictando los cambios que se viven.
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